Exquisito gusto en la decoración. / JOSÉ RAMÓN PEIRÓ

Ensalada con capellán asado. / JRP

A los comensales les encantó el local nada más cruzar la puerta. Grandes ventanales, hermosas –aunque no todo lo cómodas que debieran-, mesas altas de metal, buenas maderas, magnífica iluminación, tentadora barra con el género a la vista, vinos del día en la pizarra… Les gustó menos tener que acomodarse en una de esas mesas elevadas en taburetes de difícil escalada… Pero el sitio está de moda desde que lo abrieron hace un tiempo y no habían reservado. Se lo acababan de recomendar unos amigos como uno de los más interesantes a los que se podía acudir hoy en la ciudad de Alicante.

Pulpo a la brasa con pesto y puré de patata. JRP

Fachada del establecimiento. JRP

No fue fácil decidirse ante una oferta como un descomunal cuerno de la abundancia. Una oportunidad de oro para reencontrarse con el rico repertorio de tapas y platos de la costa levantina, pero también la certeza de que habrían de regresar no una, sino diez veces para degustar todo aquello que les había despertado el apetito en la lectura de la carta. Eran dos los comensales y finalmente optaron por un menú de picoteo.

Para empezar, una ración de quisquilla blanca, delicatessen que no es fácil encontrar fuera del entorno. Fresquísimas y exquisitas, procedían de la cercana lonja de Santa Pola. A continuación, una ensalada de capellán asado, pescado en salazón que muchos confunden con la bacaladilla, su pariente cercano. Suculencia sin misterio: tomate de calidad, habas tiernas y el pequeño gádido asado a la lumbre y desmenuzado, todo ello regado con un excelente aceite virgen extra.

GRAN CARTA DE VINOS. Como tercera entrega, unas magníficas croquetas de boletus y jamón ibérico: de notable tamaño, sabrosas, crujientes por fuera y cremosas por dentro… Acierto pleno, como el estupendo pulpo a la brasa servido a continuación sobre un fino puré de patata, acompañado de pesto, brotes de soja y frutos secos. Para culminar la parte salada, un soberbio tartar de atún rojo, en el que la calidad del pescado competía con la precisión en el aderezo… De postre, helado de turrón de Jijona. Todo en su punto, bien presentado, perfecto para compartir. Sólida carta de vinos, con casi cuatro centenares de etiquetas.

Hígado de rape en conserva, ibérico cortado a cuchillo, gamba roja de Dénia y ostras Guillerdeau, hamburguesas de Kobe, arroces marineros y de tierra firme (de tripa de bacalao y embutidos), callos, mollejitas de lechal salteadas con ajos tiernos, bikini de buey con torta del casar y tomates secos, caldo con pelota, atún con tomate, ragut de ciervo, cortes de cerdo ibérico y vacuno… Mientras almorzaban, a los comensales se les iban los ojos detrás de los manjares que salían de la cocina rumbo a las mesas y que no habían tenido más remedio que descartar en el momento de la comanda. Se prometieron volver a la primera oportunidad. J.R. Peiró

RESTAURANTE-TABERNA EL PORTAL. DIRECCIÓN: BILBAO, 2. ALICANTE. TELÉFONO: 965 14 32 69. PRECIO MEDIO: 30-35 €.