Don Gerardo García Jiménez, hoy jubilado pero sin perder de vista un momento el negocio familiar, abrió en 1959 su almacén de vinos del número 21 de la calle Calatrava (Tel: 91 221 96 60), nueva etapa de nuestro recorrido semanal por las tabernas del viejo Madrid. Los graneles de Méntrida o Valdepeñas –aún se conservan las viejas tinajas– han cedido el paso a una atractiva carta de vinos –singulares, escogidos con acierto y criterio por Gerardo, hijo del fundador– que para sí quisieran no pocos restaurantes de relumbrón.
El fuerte de Casa Gerardo está en una de las más completas –si no la mejor– ofertas de quesos artesanos de la capital. Pata de mulo o villalón, gamoneu, majorero, idiazábal de pastor, torta de Almoharín, afuega’l pitu… Así, hasta un centenar de especialidades a lo largo del año, incluidas más de una veintena de las elaboradas en la Comunidad de Madrid… Si le apetece un completo paseo por lo mejor del rico mapa quesero español, anote esta dirección.
TEMPLO SECRETO DEL PALADAR. Pero esto es sólo una parte de lo que esconde la discreta fachada del establecimiento. Por ejemplo, reputados boquerones en vinagre, berenjenas de Almagro, anchoas del cantábrico o atún en escabeche para la hora del vermut, que aquí sirven con un golpe de agua de seltz hecha en casa, o para acompañar alguna de las cervezas artesanas que se anuncian en la pizarra. También, si el cuerpo pide algo más contundente, boletus salteados con jamón de bellota, piquillos rellenos de bacalao, puerros con setas, patés de ciervo y jabalí, de pato… Un verdadero templo secreto del paladar.