Antonio Vega, encargado, a la puerta de su establecimiento. / BACOMANÍA

Proseguimos nuestra ruta de vinos y tapas en el corazón del Madrid de los Austrias. Concretamente en el primer tramo de la Cava Baja, la calle con mayor concentración de bares y restaurantes de la capital. Allí, mesones, antiguas posadas y tabernas de toda condición sacan a la calle sus pizarras y avisos para reclamar la atención del viandante con sus tentadoras tapas y raciones para la hora del aperitivo o la de improvisar con los amigos una cena informal en compañía de buenos vinos.

Nuestro destino es la barra de Toma Jamón (Cava Baja, 10. Tel: 91 366 80 68), donde Antonio Vega, el encargado, ofrece su célebre caldito para ir abriendo boca. Por si quedara alguna duda, o si un paseante despistado no hubiera reparado en el rótulo de la puerta, un soberbio pernil ibérico montado en su jamonero y colocado en el lugar más visible del local disipa cualquier duda sobre cuál es la especialidad de la casa. Todo un homenaje al cerdo ibérico. Aunque, según cuenta el patrón, sus torreznos tienen cada día más éxito entre la clientela.

Hasta los grifos de la cerveza tienen forma de jamón. / B

La oferta invita a pasar al interior, acomodarse en alguna de las mesas altas e improvisar un menú desenfadado, pero suculento. Desde otras delicatessen de la dehesa (lomo de bellota, chorizo, salchichón de pata negra) o sabrosas ensaladas (pimientos con ventresca, por ejemplo) hasta platos de mayor contundencia, como los callos o el rabo de toro. Buena oferta de manzanillas y finos de Jerez. Ambiente ruidoso y simpatía a raudales.