MARA MOURA BASTARDO 2017. BODEGA: TERRAS DO CIGARRÓN. TIPO: ROSADO PÁLIDO. ZONA: MONTERREI (SIN D.O.). UVAS: BASTARDO. PRECIO: 35 €. GASTRONOMÍA: FIAMBRE DE LAMPREA DE ARBO, COCOHAS DE BACALAO EN TINTA DE CALAMAR. PUNTUACIÓN: 92/100
El vino rosado es bastante raro en Galicia, donde se consume muy poco y se produce aún menos. Eso es, aparte de una impecable factura, lo que hace singular -una verdadera excepción enológica- este rosado de Terras do Cigarrón, la filial en Monterrei del grupo vinícola Martín Códax nacido en Cambados, junto a la Ría de Arousa. No acaban aquí las rarezas de este nuevo vino de edición limitada a poco más de 1.000 botellas. Además, y como indica su nombre, se obtiene a partir de la uva bastardo (conocida en otras zonas del noroeste como merenzao), una de las joyas vitícolas del tinto gallego que ha estado a medio metro de la desaparición y que iniciativas como esta contribuyen a rescatar. Galicia es tierra de excelentes vinos blancos y de un tiempo a esta parte crece el número de bodegueros que se atreven a cultivar y embotellar tintos, su eterna asignatura pendiente. A partir de ahora, habrá que seguir también los pasos de este incipiente capítulo de la enología local.
EXPRESIVA NARIZ. El nuevo rosado entra por los ojos. Su atractivo y delicado color rosa pálido (o piel de cebolla u ojo de perdiz, como lo llaman en la bella Francia) se apunta a la rabiosa modernidad de los blush, término acuñado en California para llamar a los blancos vinificados a partir de uva cabernet sauvignon en momentos de escasez de chardonnay. La marca es un homenaje a las bellas mouras (o donas) de la mitología gallega y el vino, como sus hermanos de gama, patrocina el proyecto de recuperación del yacimiento arqueológico del Muro de Medeiros y sus más de 30 lagares rupestres, en colaboración con el ayuntamiento de Monterrei y la Universidad de Santiago. Aromas de flores azules y blancas se mezclan con otros de frutilla roja silvestre y suaves pinceladas de eucalipto en la expresiva y elegante nariz de este vino, que se prolonga en un paladar lleno y jugoso, con ese punto de agradable vinosidad del que adolecen no pocos de los rosados de la nueva ola. Un vino de los que no dejan indiferente.