Novedades 2013: LOS RIOJAS QUE VIENEN

El Salón de Novedades Vinos de Rioja se ha convertido ya en un clásico de los otoños de la Villa y Corte. Un escaparate ante el que desfilan centenares de profesionales para ponerse al día de lo que se cuece en la primera de nuestras demarcaciones del vino. Como en la edición anterior, el escenario fue el Palacio de Neptuno, junto a la plaza del mismo nombre y el hotel Palace.

BotellasAunque el horario es amplio –desde media mañana hasta el final de la tarde-, los visitantes no pueden evitar el vértigo de enfrentarse a las 300 botellas que les esperan en las mesas, con el denominador común de haber salido al mercado en lo que llevamos de año. Por ello, y aún a riesgo de perderse unas cuantas joyas, este catador decide, como en ocasiones precedentes, limitarse al segmento de vinos agrupados bajo el cartel de genéricos. Es allí donde entran las etiquetas más libres, las que no siguen la clasificación oficial de crianzas, reservas y grandes reservas. Y también donde se agrupa la mayor parte de las novedades: marcas recién salidas del horno o que se encuentran en sus dos o tres primeras apariciones.

LOS NUEVOS Y LOS CONSAGRADOS. Ya sea mérito del propio salón -que gana audiencia año tras año-, ya un efecto indirecto de la crisis –no están los tiempos para despreciar ninguna pasarela-, nos ha sorprendido en esta edición la abundancia de vinos de prestigio consagrado: desde los Torremuga 2010, Calvario 2009 y Aurus 2009 de Finca Allende o Cirsion 2010 de Roda, hasta los Cueva del Contador 2010 de Benjamín Romeo, Amancio 2009 de los hermanos Eguren o Gaudium 2008 de Marqués de Cáceres. No eran los únicos, ni mucho menos.

Rioja 2013 43_E

Centenares de visitantes animaron el salón a lo largo de la jornada / PCYC

Como es natural, la atención termina por centrarse en las botellas de reciente aparición o menos conocidas del gran público. Lo interesante de estos eventos es el hallazgo de pistas que compartir con el lector. Etiquetas como El Tractor 2008 de Marqués de Arviza (segunda entrega de un vino fresco, balsámico y elegante que ya nos sedujo en la añada 2007), el Altos R. Pigeage 2010 de Altos de Rioja Viticultores y Bodegueros (nariz de violetas y frutilla negra, finura a raudales) o el Heras Cordón 2010, rara avis con una sorprendente etiqueta de resonancias jerezanas pero también con una estupenda nariz especiada –pimienta, nuez moscada- y un paladar de fruta roja y tacto de terciopelo.

Vinos que buscan desmarcarse del pelotón poniendo en primer plano los valores del terruño o las variedades de uva autóctonas y minoritarias. Como El Belisario 2008 de Agrícola Labastida, un rioja alavesa que tras saltarse la cosecha 2007 vuelve para quedarse con su personalísima nariz de grosella y retama, rara mezcla de energía y finura; el Elle de Landaluce 2009 (delicada nariz de menta y chocolate, boca de fresas salvajes) o el Maturana 2010 de la colección de varietales de Barón de Ley, otro de los descubrimientos de la jornada, con aromas de fina herboristería y flores marchitas seguidos de una boca redonda y acariciante… En fin, una sesión difícil de olvidar. Para disfrutar y para aprender. J.R. Peiró (METRÓPOLI)

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