“Tu propio estilo de vino”. Así reza el eslogan de la nueva campaña publicitaria de la marca Navarra Wine Lovers para promocionar los vinos de la denominación de origen que lleva el nombre de la Comunidad Foral. Algo así como decir “tenemos un vino a tu medida, sean cuales sean tus gustos o preferencias”. Se presentó en Madrid y Pamplona hace unas semanas y hace alusión a la extraordinaria diversidad de estilos y tipos de vino que ofrece la zona.

Viñedos junto al castillo de Olite. / VINOS DE NAVARRA

Hay quien dice, con no poca razón, que Navarra fue la puerta de entrada del vino español a la modernidad. Y podemos añadir que la revolución vinícola que sacudió la vieja Piel de Toro en las últimas décadas de la centuria anterior debe mucho a sus viticultores y bodegueros.

En efecto. Quienes se apuntaron en su día a la tendencia de las viníferas francesas –cabernet sauvignon, chardonnay, merlot- conocen bien el auge viverista que conoció el viejo reino, proveedor de la mayor parte de los injertos que se multiplicaron como setas por el viñedo español de los pasados ochenta y noventa. Una vocación que se mantiene intacta y que se extiende hoy a las principales variedades españolas y foráneas que nutren las nuevas plantaciones.

Presentación de la nueva campaña, a cargo de David Palacios (izquierda) y Jordi Vidal, presidente y gerente del Consejo Regulador. / VN

No acaban aquí las aportaciones de Navarra al despegue enológico del país. También fue el escenario de la dignificación de los rosados –tan en boga en estos momentos-, cuando en la mayoría de las regiones productoras ocupaban el escalón más bajo de la calidad, entre otras razones porque era el capítulo de vinos al que las bodegas destinaban sus peores uvas. Ello por no hablar de su decisiva contribución al diseño de los nuevos chardonnay fermentados en barrica, a la borgoñona, o de los dulces moscateles a imagen y semejanza de los grandes licorosos del planeta.

TODOS LOS REGISTROS DEL VINO. A Navarra la han comparado con una hermosa y fructífera babel del vino, en cuya increíble variedad de territorios, suelos, altitudes y climas -desde Tierra Estella por el norte hasta las riberas del Ebro en la Navarra meridional- hay sitio para todos los registros de la bebida de Baco.

Así se volvió a poner de manifiesto en el Concurso de los Mejores Vinos de Navarra celebrado a principios del pasado marzo en la sede del Consejo Regulador de la hermosa ciudad de Olite. Un certamen en el que una buena parte de las bodegas de la D.O. pusieron a prueba la calidad de sus elaboraciones ante un exigente jurado compuesto por enólogos y técnicos locales, periodistas y prescriptores del vino llegados de otras latitudes.

Los vinos examinados por los catadores se distribuyeron en nueve capítulos. Blancos, rosados y tintos sin madera; tintos roble, crianza y reserva; blancos dulces y fermentados o criados en barrica… Y una categoría reina de tintos con madera, destinada a las etiquetas premium, de autor y gamas superiores. 

CUADRO DE HONOR