El Pla Phad Prik King de lubina, la cumbre de una reciente visita. / BACOMANÍA

De la comida tailandesa siempre nos ha llamado la atención su capacidad para excitar los sentidos, su voluntad de mezclar en armonía los colores, aromas, sabores y texturas de los alimentos. Uno no es experto en la materia –sus referencias son L’Elephant Bleu parisino y algunas épocas del desaparecido Thai Garden de Madrid- pero confiesa que salió del Royal Thai, el hermoso local que regentan desde hace ocho meses en el barrio madrileño de Las Tablas José Chan y Paloma Zheng, con la impresión de haber degustado una de las cocinas orientales más interesantes de la actual oferta de la capital del reino. Un menú largo y ancho –hasta ocho especialidades de la carta- en el que cada una de las piezas de un complejo puzle gastronómico –sensaciones ácidas, picantes, dulces- estaba en el sitio que debía estar.

José Chan y Paloma Zheng en su restaurante. / B

Interesantes las dos sopas que abrieron el menú. Primero la Tom Yam Koong –la más popular de Tailandia-, cuya potente mezcla de sabores picantes y ácidos (entre galanga y lemongrass, hoja de lima, echalota, gambas…) parecía reclamar cierta complicidad –o predisposición- por parte del comensal. Después, la Tom Kha Kai, reconfortante –aunque con menos misterio- sopa de pollo con esencias de coco. Una fresquísima ensalada Yam Nua servida en tercer lugar (con carne de ternera, chiles, cebolla roja y zumo de limón, amén de una compleja mezcla de hierbas aromatizantes y especias) constituyó una adecuada transición hacia los platos principales.

Curry verde con langostinos. / B

Antes de pasar a los curries propiamente dichos, la especialidad que a juicio de quien escribe marcó el vértice del menú: su nombre es Pla Phad Prik King y consiste en unos crujientes y deliciosos filetes de pescado –lubina en nuestro caso- acompañados de hojas de lima, pimiento y judías verdes, además de un concentrado de curry rojo, todo ello en una exquisita y armoniosa mezcla de sabores y texturas… No lo pierdan de vista si deciden pasar algún día por el restaurante.

EL FASCINANTE UNIVERSO DE LAS ESPECIAS. Como remate, un abanico de tres curries representativos de la casa. En primer lugar, el Massaman («musulmán», nunca con carne de cerdo, mezcla de cúrcuma, canela, comino, clavo y nuez moscada) de pollo, equilibrado y persistente ensamblaje de sabores en el que no faltan la cebolla, la patata o los cacahuetes. A continuación, el curry rojo con tofu y mini verduritas, suave y sabroso también, además de sutilmente perfumado con hojas de albahaca, y, cerrando la terna, el contundente curry verde con langostinos (también lo sirven con pollo u otras carnes), el más potente de los tres, aunque hay que decir aquí que, al sentarse a la mesa, el maître siempre pregunta al comensal su grado de picante preferido en una escala del uno al diez. Todo un recorrido por el fascinante universo de las especias, que en esta casa nunca ocultan los pequeños –y sabrosos- detalles de cada composición.

Para restaurar las papilas tras el festín, nada como un té de lemongrass –fragante, refrescante- o un típico postre tailandés –la dulcería no es el fuerte de esta cocina- a base de arroz glutinoso y trozos de mango. La casa ofrece diversos menús adaptados a los gustos y apetito de cada comensal, así como una carta de vinos que no se dan de bruces con el contenido de los platos. Si le gusta la cocina oriental, y la tailandesa en particular, ni lo piense. 

RESTAURANTE ROYAL THAI. DIRECCIÓN: FRÓMISTA, 16. LAS TABLAS. MADRID. TELÉFONO: 91 427 60 92. PRECIOS: MENÚ DEGUSTACIÓN (SIETE PLATOS Y POSTRE, MÍNIMO 2 PERSONAS): 28 €. MENÚ ESPECIAL (NUEVE PLATOS Y POSTRE, NOCHES DE DOMINGO A JUEVES, VINO INCLUIDO): 22,50 €