La noticia sacudió la Rioja en plena canícula de julio: un grupo de 42 bodegas, todas ellas integradas en la Asociación de Bodegas de la Rioja Alavesa (ABRA), iniciaban los trámites administrativos para escindirse de la Denominación de Origen Calificada Rioja. En su día se hicieron eco diversos diarios vascos y riojanos, aunque fue el periódico El País del pasado 29 de agosto, en un artículo titulado “Fuga de bodegas en la Denominación de Origen Rioja”, el que, de vuelta de vacaciones, volvió a poner el asunto de actualidad.
Parece ser que la intención de estas bodegas es integrarse en una nueva denominación de origen bajo el nombre de Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava, impulsada por el Gobierno Vasco y los directivos de la citada ABRA, con Inés Baigorri -presidenta- a la cabeza, quien se lamenta de que el Consejo Regulador de la Rioja siempre ha desoído “una demanda legítima para valorizar las singularidades de la Rioja Alavesa”. Conviene precisar que la citada asociación cuenta con más de 125 bodegas afiliadas.
El asunto está ahora en la consejería de agricultura vasca, que sería la encargada de poner por escrito esas diferencias geográficas y culturales, pero sobre todo vitícolas y enológicas que justificarían la creación de un nuevo sello vinícola estrictamente alavés. Y de someterlas a estudio de los organismos europeos competentes, en cuyas manos quedaría la aprobación final de la iniciativa. Un proceso que, en cualquier caso, se pospondría a las próximas elecciones vascas y que podría tardar años en resolverse.
«SECRETISMO» Y «DESLEALTAD». Entre tanto, José Luis Lapuerta, director general del Consejo Regulador riojano, calificaba los hechos de “despropósito” en declaraciones a Noticias de Álava, al tiempo que acusaba a los representantes de la mencionada ABRA de “secretismo” y “deslealtad”, precisamente en un momento en el que se discute abiertamente sobre una normativa de etiquetado más flexible, en la que pudiera sentirse cómoda la inmensa mayoría de las bodegas de Rioja, comenzando por las situadas en territorio alavés. ¿Quién tiene razón? De momento, los que menos explicaciones dan son los impulsores de la separación.
Si cada bodega está en su perfecto derecho de asociarse con quien y como quiera para defender sus intereses, incluso en su derecho a decidir que prefiere jugar en la segunda división del vino cuando puede hacerlo en la champions, los consumidores, como los distintos eslabones de la distribución, también lo tienen a saber si los bodegueros que se borran de Rioja son grandes o pequeños, empresas serias o menos serias, marcas de bien ganado prestigio internacional o pequeños negocios, chiringuitos o pasatiempos de fin de semana, muchos de estos últimos bajo el eufemístico título de “bodega familiar”.
Pero, en lo que algunos interpretan como signo de debilidad, la asociación que encabeza el movimiento se ha negado a identificar a sus patrocinados, a pesar de los requerimientos de no pocos medios de comunicación. Tal vez debieran ser las bodegas no interesadas en la aventura las que se lo notificaran a sus clientes y seguidores para que nadie se lleve a engaño.
VINO Y POLÍTICA. Resulta cuando menos chocante el activo papel que ha adoptado la directiva de ABRA en defensa de una iniciativa que sólo afecta a la tercera parte de sus asociados y que pone en evidencia a los demás. Preguntas que surgen: ¿Qué pasará con las otras ochenta y tantas bodegas de ABRA que desean seguir formando parte de Rioja? ¿Serán expulsadas de la asociación? ¿Se disolverá ésta una vez que se apruebe la nueva denominación de origen? ¿Cómo encajarán los bodegueros de la D.O. Arabako Txakolina/Txacoli de Álava el alumbramiento de una nueva marca colectiva de vinos que se apropia en el nombre de la totalidad de los viñedos de la provincia?… De momento, más preguntas que respuestas.
Nos tememos, para terminar, que no pocos aficionados a la bebida de Baco arderán en deseos de conocer cuáles son ésos rasgos vitícolas y enológicos singulares y diferenciadores que justificarían la escisión. Por poner un ejemplo, en qué se distinguen las viñas y los vinos de San Vicente de la Sonsierra -municipio riojano de la margen izquierda del Ebro- de los de las contiguas localidades alavesas de Samaniego o Labastida…
Las bodegas en fuga y los directivos de ABRA tienen, como se puede ver, bastante trabajo de explicación por delante. Y más vale que aporten argumentos convincentes, porque de otro modo acabarían dando la razón a quienes sólo ven motivaciones políticas detrás de estas maniobras. Y es bien sabido que, como cantaba el conjunto músico-vocal El último de la fila, cuando la política entra por la puerta, el vino de calidad salta por la ventana.
no me gusta la denominacion
pero si quieren separarse de rioja estan en su perfecto derecho
soy un enamorado de los vinos de la rioja alaveza
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