Montecastro 2012: EN LA ESTELA DE PETER SISSECK

Viñedo

Panórámica del viñedo de Montecastro. / MBV

Almuerzo en el restaurante madrileño Goizeko Wellington (Villanueva, 34. Tel:915 77 01 38) con motivo de la presentación de Montecastro 2012 (D.O. Ribera del Duero), un tinto que marca el inicio de una nueva etapa en Montecastro Bodegas y Viñedos, fundada en el año 2000 por un grupo de amigos y empresarios apasionados de la bebida de Baco. Se trata del primer vino enteramente elaborado por el nuevo equipo enológico de la bodega, tras adquirir Hacienda Monasterio un importante paquete de sus títulos de propiedad, lo que convierte a Carlos del Río González-Gordon en nuevo accionista de referencia de la empresa.

Carlos de la Fuente, estrecho colaborador de Peter Sisseck desde 1991 en la dirección técnica de la citada Hacienda Monasterio, asume ahora las riendas enológicas de Montecastro desde un doble planteamiento: fidelidad al proyecto original de elaborar vinos en el escalón más alto de la calidad y creatividad para exprimir a fondo las posibilidades de un viñedo excepcional, plantado entre 860 y 930 metros de altitud.

Montecastro_2012Montecastro 2012, primer fruto de la nueva andadura de la bodega, procede de una añada de clima muy seco en la Ribera del Duero, lo que se ha traducido en vinos de inusual finura y equilibrio. Con un 95 por ciento de tempranillo (tinto fino) y un 5 de merlot en su composición, el vino maduró 18 meses en roble francés, barrica nueva en un 60 por ciento y de segundo año en un 40. Si la nariz destaca por su finura y expresividad (bayas silvestres, suaves notas especiadas), en el paladar sobresalen unos taninos jugosos y una medida acidez que lo harán crecer en la botella durante unos cuantos meses. Su precio de venta al público está en torno a los 16 euros.

La gama de la bodega se completa actualmente con Montecastro Reserva 2009 (23 €), un tinto fruto de una rigurosa selección de racimos, elaborado por el anterior equipo técnico desde postulados algo más clásicos y que incorpora un 10 por ciento de cabernet sauvignon. La variedad de uva de origen francés se une aquí a la ribereña tinto fino para dar como resultado un vino concentrado y complejo, de sólida estructura y con mucha vida por delante.

UN VIÑEDO DE EXCEPCIÓN. Montecastro dispone de un viñedo en propiedad de 27 has (90 por ciento de tinto fino y 10 restante entre cabenet sauvignon y merlot) plantadas sobre suelos de fuerte componente calcáreo en el municipio de Castrillo de Duero (Valladolid), cerca del límite con la provincia de Burgos. Cultivado mediante técnicas basadas en la sostenibilidad y el respeto al entorno natural, su elevada altitud sobre el mar protege las plantas de las altas temperaturas estivales y permite una maduración más pausada de las uvas, favoreciendo el desarrollo aromático de los vinos y la armonía entre sus componentes.

El segundo pilar del proyecto es una bodega moderna, perfectamente integrada en el paisaje y equipada con la última tecnología del vino. En línea con las más recientes tendencias de la enología, Montecastro sólo trabaja con depósitos de hormigón termoregulado, material que protege los vinos de los cambios bruscos de temperatura y especialmente indicado para potenciar sus valores frutales.

Tras su entrada en el accionariado de Montecastro, Hacienda Monasterio, con presencia exportadora en 42 países y 25 años de consolidada trayectoria, pasa a ser cabecera de uno de los grupos bodegueros más pujantes de la moderna Ribera del Duero. Mini_baco_invertido

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