Para comer un buen cocido en Madrid ya no es necesario ir a una de esas viejas tascas atestadas de turistas que abundan por la Cava Baja y los alrededores de la Plaza Mayor. Hace una semana se inauguró La Rayúa, el último restaurante madrileño de la familia Verdasco, propietaria también del legendario La Bola y otros establecimientos de comidas en Majadahonda y Boadilla del Monte.
Situada en la calle de la Luna, a dos pasos de Tudescos y la Gran Vía, la casa recibe a los comensales en un hermoso espacio de piedra, madera y cristal, muy a tono con las últimas tendencias del interiorismo gastronómico de la capital. La cocina –tradicional y castiza- gravita alrededor del puchero madrileño (18 euros), que llega con el indiscutible aval de su matriz de la calle de la Bola y se sirve con idéntico ritual de vuelcos y recipientes de barro. Plato suculento que se sirve en raciones generosas y se desdobla en otras especialidades de la carta, como la ropa vieja, las croquetas o los garbanzos fritos con parata y cebolla.
COCINA SENCILLA Y SABROSA. La casa ofrece, además, un variado repertorio de entradas y raciones para compartir, en el que se mezclan propuestas de diversa naturaleza y procedencia: buenas ensaladas (rica la de tomate kumato y ventresca de bonito), chacina ibérica de primera (magnífico el jamón de bellota), buñuelos de morcilla, repollo ajoarriero, pisto manchego, tortilla de camarones de Sanlúcar o un más que logrado pulpo a la parrilla sobre (finísimo) puré de patata.
Luego, en el turno de platos principales, algunos pescados (merluza al gusto del comensal, distintos bacalaos) y un breve capítulo de carnes, con una tentadora parrillada de cerdo ibérico (pluma, secreto, presa, solomillo) y un sabroso y tierno entrecot de vacuno mayor a la brasa. Para terminar, unos más que recomendables buñuelos de manzana con helado de turrón, entre otras opciones de dulcería casera.
Salvo algún detalle derivado de la falta de rodaje –carta de vinos en construcción, por ejemplo-, magnífica impresión tras una primera visita: cocina sencilla y sabrosa, además de respetuosa con una materia prima de calidad impecable. Para repetir.
TABERNA LA RAYÚA. DIRECCIÓN: LUNA, 3. TELÉFONO: 91 522 48 01. PRECIO: ENTRE 25 Y 30 EUROS.