Tras unos años de letargo, vuelve a soplar aire fresco en el viñedo de Cigales, tradicional patria de los mejores rosados y claretes castellanos. Nuevas variedades de uva autorizadas, vinos de diseño contemporáneo, savia renovada en las bodegas, modernización de la imagen corporativa del Consejo Regulador… Hasta la vieja Cooperativa de Cigales apuesta por una junta directiva de gente joven. Las bodegas que tomaron la iniciativa hace tres lustros (Finca Museum, César Príncipe, Valdelosfrailes, Félix Lezcano, Traslanzas) ya no están solas en el empeño de situar en la modernidad esta pequeña zona de vinos situada al norte de la ciudad de Valladolid.
Suelos paupérrimos de cascajos sobre arcillas calcáreas, abundantes viñas viejas de tempranillo (muchas de ellas centenarias), clima continental duro como pocos, con inviernos gélidos y saltos térmicos de hasta 20º entre día y noche, y rendimientos casi irrisorios (con frecuencia, menos de 1.000 kilos de uva por hectárea) han constituido desde siempre un escenario perfecto para la obtención de grandes vinos.
ETIQUETAS REVALORIZADAS. Sólo faltaba el impulso empresarial que aportaron algunas de las bodegas citadas más arriba a finales de los pasados años noventa para que Cigales se incorporara al gran salto adelante experimentado por los vinos hispanos en vísperas del último cambio de siglo. Lo intentaron, pero factores como la crisis económica y una apuesta bodeguera demasiado volcada hacia los tintos en competencia directa con la vecina Ribera del Duero y el coloso emergente de Toro, impidieron el despegue definitivo de la zona.
Ahora, esta comarca vinícola vuelve a la actualidad y ve cómo se revalorizan sus etiquetas en los círculos de iniciados. Comenzando por los rosados, categoría por la que vuelven a apostar bodegas como las mencionadas Finca Museum (medalla de oro para su Vinea en el último Mondial du Rosé de Cannes) y Valdelosfrailles (medalla de plata), como Hiriart con sus rosados Sobre Lías, Lágrima y Élite, o como Finca La Legua, con su 7L, una de las estrellas del I Salón ‘Solo Rosados’ celebrado en Madrid hace dos semanas. Marcas que se añaden a las tradicionales Docetañidos, Torondos, Salvueros (de Hijos de Marcos Gómez, a punto de inaugurar nueva bodega) o Carratraviesa, entre otras, que venían destacando tradicionalmente en este segmento de vinos.
EL CÍRCULO DE LA CALIDAD. Pero no sólo se mueve en Cigales el rosado. Tanto la reciente autorización de nuevas viníferas en la denominación de origen (las tintas cabernet sauvignon, merlot y syrah; la blanca sauvignon) como la abundancia de viñas con más de medio siglo de antigüedad ensanchan el horizonte de los enólogos más inquietos, que lanzan estos días nuevos y exclusivos tintos. Es el caso de Tomás Jurío –responsable de Museum-, quien a finales de año pondrá en el mercado su Numerus Clausus 2009, un tempranillo de edición limitada –unas 4.000 botellas- procedente de viñas centenarias; el de Félix Lezcano, autor de Maudes, uno de los mejores cabernet sauvignon castellanos (gran relación entre calidad y precio) o el del equipo técnico de Finca La Legua, detrás del primer tinto de garnacha cien por cien que se embotella en la denominación de origen y cuyo tempranillo Prestigio obtuvo el año pasado nada menos que 93 puntos de Robert Parker.
Vinos que cierran el círculo de la calidad que inauguraron en su día los pioneros Ana Martín (Traslanzas), Ignacio Príncipe (César Príncipe, quizá la etiqueta más premiada de la historia de Cigales) o los artífices de los Valdelosfrailes Prestigio y Pago de las Costanas, otros dos de los tintos cigaleños mejor tratados por la crítica nacional e internacional. “Queremos ser el Priorato de Castilla y León”, declara Pascual Herrera, quien cumple ahora su segundo mandato como presidente de la D.O. Cigales. “Con poco más de 2.000 has de viñedo, y con el mayor porcentaje de viñas viejas de todas las denominaciones de origen de la comunidad autónoma, nuestro futuro pasa obligatoriamente por la elaboración de vinos muy singulares”. En ello parece que están. Tomen nota los buenos aficionados. J.R. Peiró (METRÓPOLI)