Vendimia en Pazo Señorans. / P.S.

“Muy Buena”: así ha calificado el Consejo Regulador de la denominación de origen Rías Baixas (patria del albariño) su cosecha 2017. Una excelente noticia para los cada día más numerosos incondicionales de estos vinos blancos de Galicia, que aún podrán disfrutarlos en compañía de la cocina estival y la portentosa despensa marinera de las rías.

Pero no sólo ha sido una buena añada en calidad, sino también en cantidad. Los casi 40 millones de kilos de uva vendimiados han sido la base de una producción por encima de 26 millones de litros de vino, blancos de albariño en su inmensa mayoría. La segunda cosecha de la historia de Rías Baixas en cuanto a volumen.

Juan Gil de Araujo (D) durante la reunión. / D.O.R.B.

La calificación de la añada se dio a conocer a finales del pasado junio en el curso de una comida con la prensa, celebrada en el restaurante madrileño Zalacain, donde tomaron la palabra Juan Gil de Araujo, presidente del consejo regulador de Rías Baixas, y Ramón Huidobro, gerente de la institución. Interesante, dicho sea de paso, el nuevo sesgo que va adquiriendo la cocina del más clásico de los restaurantes de la capital, así como el acierto de la casa en el diseño del menú para la ocasión.

GRAN TIPICIDAD. Los técnicos y catadores responsables de la calificación habían resaltado la “gran tipicidad tanto nariz como en boca” de los vinos de 2017, tras un año cálido y de lluvias muy moderadas que condujeron a un adelanto de 15 días sobre las fechas habituales de la vendimia, que en esta ocasión se extendió entre el 15 de agosto y el 15 de octubre.

En paralelo a la presentación de la añada, los profesionales de la hostelería madrileña pudieron hacerse una idea precisa de la misma en el Túnel del Vino que organizaron los responsables de Rías Baixas en un céntrico hotel madrileño. Una sesión de cata en la que los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las características de nada menos que 112 marcas procedentes de 60 bodegas de la denominación de origen.